En lugar de pensar en todo lo que podría salir mal es mejor visualizarnos alcanzando nuestras metas y objetivos, eso nos dará el impulso diario que necesitamos para no autosabotearnos y dejar nuestros sueños.
Autosabotearte ocurre cuando inconscientemente manipulamos en nuestra contra una situación que originalmente puede beneficiarnos. Esto puede retrasar el cumplimiento de nuestras metas y objetivos personales, académicos o profesionales.
También incluye el miedo al fracaso, donde evitas oportunidades por temor a no cumplir con las expectativas. Este ciclo puede convertirse en un hábito difícil de romper si no se identifica.
Por ejemplo, digamos que piensas: "Hoy he sido muy mala con Sara. Soy una mala amiga por comentar los platos sucios que ha dejado en el fregadero". Podrías decir: "No debería haber dicho nada sobre los platos sucios de Sara. Tiene muchas cosas que hacer. Voy a llamarla para disculparme".
Las experiencias vividas tienen bastante importancia. Es habitual que juzguemos nuestra valía, capacidades y lo bien o mal que creemos que algo va a salir en base a lo que ya hemos vivido.
De modo que surge como un mecanismo de defensa y de protección ante lo que vivimos en la infancia y produjo dolor. Nos ayudó a sobrellevar las heridas y a sobrevivir para seguir creciendo en un entorno del que no podíamos escapar. En función de la relación que mantuvimos con nuestros cuidadores (padres, abuelos, maestros) vamos formando creencias sobre nosotros mismos y sobre la realidad.
Para empezar, es necesario un entorno seguro que nos permita acceder al contenido doloroso que escondimos en estos barriles.
Si quieres dejar de autosabotearte para siempre, la clave es entender a qué necesidad sirve y luego desarrollar comportamientos alternativos que llenen la misma necesidad de una manera más saludable y productiva.
Es un autosabotaje porque la forma en que han aprendido a llenar su necesidad de confianza y autoestima es fomentando relaciones que realmente no funcionan pero que les hacen sentirse superiores y seguros.
Conocer la mirada que tienes sobre ti, así como de get more info las palabras que te dices. De esta forma, podrás generar conciencia sobre las áreas de oportunidad cuando se trate de cumplir metas y salir de tu zona de confort.
Generalmente los diálogos negativos nos impiden lograr nuestras metas debido a que la atención se concentra principalmente en aquello que observamos como una dificultad. En lugar de concentrarnos en las herramientas asertivas que poseemos para lograrlo.
Por ejemplo: esas dos o tres cervezas nada más llegar a casa del trabajo hacen más difícil estar presente con los hijos y la pareja.
Pero saben que a largo plazo está saboteando valores importantes como mantener una dieta saludable o estar en forma fileísicamente.
Esta perspectiva nos ayuda a mantenernos motivados y resilientes frente a los inevitables desafíos de la vida.